Va marcando las horas de la vida,
su péndulo que nunca se detiene
y en su tictac, eterno, se mantiene,
ya sin retorno al punto de partida.
Van girando en su esfera sin salida
las agujas, que hermético sostiene;
y del futuro en nada nos previene
tan solo da del tiempo la medida.
Un día me vendrá a buscar la parca
mas un reloj mi suerte no la marca,
su corazón es de metal y frío.
Jamás podrá determinar mis pasos
ni tampoco mis triunfos ni fracasos.
Ingenio que de alma está vacío.