Yo que le robe al arcoíris sus colores
Para pintar en tus ojos sus miradas
Ignorando la advertencia de los Dioses
Tras tus besos el infierno me esperaba
Aun así mordí la manzana del pecado
Incendiando el firmamento en llamaradas
Condenando mi alma al sufrimiento
Permitiendo que la serpiente tentadora
A mi cuerpo en sus pasiones abrazara.