Laideliz Herrera Laza

Cuando ardía mi sangre

 

Puedo decir a plenitud
¡Estoy tan triste que ni la sombra se me acerca!
¡Estoy muy triste! Gritaría sin temer a desgarrarme.
¡Tan triste que no puedo soportar que no me crean!

Estoy muy triste,
pienso
y sigo andando.