Cuando la indiferencia es tan descarada
a los tímidos no nos queda mas que levantar la cara.
Aunque nos mojemos, el miedo alguna vez tiene que secarse,
cómo el corazón déspues de tanto enamorarse.
De mucho sirve resbalar desde el comienzo
porque aprendes a levantarte luego de tantos tropiezos.
Y si eres listo descubrieras como es la vida
de los que por sí solos, vendan sus propias heridas.
No necesito a la impaciencia si la serenidad me comparte su cama.
Si la mujer de mi vida no llama... No hay porque llorar.
Mañana será otro día, y ese día, el mejor será.