Somos llamas del inmenso incendio
que destruye, imparable, los escombros
de tantos siglos de dominio y asedio.
Somos llamas del intenso fuego
que a su paso crea libertad y vitalidad,
reinventando las reglas del juego.
Esta lucha se alimenta del amor,
y nos mantenemos en resistencia
compartiendo la voz, la ternura y el valor.