¡Hola! me dijo primera musa
como atrayendo a su presa,
mi rima no quedó ilesa
enfrentándose a tan cruel medusa
Todo lo que es descartable se usa
se le presume y se bota.
Tal vez su esencia esté rota
por eso me uso de trampolín
otro mero adorno en el jardín
para completar su cuota
Adiós! me dijo la última musa
pensando, busqué sus manos,
de eso han pasado casi años
y aquella rima sigue inconclusa.
Corazón a mi razón acusa:
qué debimos perdonarla,
también atarla, encerrarla
escuchar sus falsas melodías
visitarla entre horas o entre días...
¡mas fue mejor... olvidarla!
Hubo una última, hubo una primera.
Aparecerá una que otra
retozará como potra
y ella decidirá la carrera.
Flor acecha en nueva primavera
jugando a ser otro dios,
cada pastel parte en dos
mostrándose en opaca vitrina
va afilando su versada espina
repitiendo: Hola y Adiós.