Ben-.

Señora altiva-.

Oh señora

digamos así

nuestro principal quebranto

en solitario desdén compungido

donde nadábamos bajo bravas olas

contaminando de acero puro

los latidos ingenuos de los corazones.

Oh distinguida señora

abramos pues la lengua clemente

rodemos bajo el barro con antiguos libros

quememos el barco que nos vio nacer

apacigüemos el sonido de las altas velas

entusiastas, pues hemos de regresar.

Sí, señora altiva, de corazón mineral,

furtiva imagen solitaria que entierra la noche,

entre mis brazos alborotada-.©