El gris no es mi favorito,
prefiero el verde,
olor a campo, a hierba
tan fresca como la sonrisa
que me regala la vida
por las mañanas.
El gris siempre juega,
se divierte con el sonido de la lluvia,
con el ardor de las pasiones,
con la sonrisa del silencio.
Todos los colores se han dedicado
a pintarme la piel.
Mientras, me difumino,
y pienso en cómo sería el mundo
si de pronto mueren.