La presencia de Dios.
Siento la presencia de Dios.
en el brillo de la luna,
no en los balbuceos sin sentido
sino el bello reflejo
que nos alumbra.
Siento la presencia de Dios
en la caricia de la brisa
no en quienes se lucran
con su nombre y su palabra
en medio del caos.
Siento la presencia de Dios,
en el sonido de las olas,
no en los golpes de pecho
desesperados y despavoridos
que sólo reflejan desdichas .
Siento la presencia de Dios
en el canto de las aves
no en la corrupción y el dinero
ni a los que juzgan a los demás
a costa de su nombre.
Siento la presencia de Dios
en el olor de la lluvia
no en los gritos exagerados
de algunos creyentes
que aturden mis oídos.
Creo en Dios,
creo en un Dios maravilloso
que creó los océanos,
los lagos y los ríos
más no creo en los creyentes.
Creo en un Dios grande y bueno,
generoso y perfecto
que creó las montañas,
los árboles y las frutas
más no creo en quienes se lucran
a costa de su palabra.