Aguantando la brisa sosegada sobre la fría arena,
mientras flores y piedras nos separan en esta oscura noche;
dejamos que la lluvia recorra, sobre nuestros sosos rostros,
aquellas marcas de un feliz recuerdo que nunca sucedió.
Púrpuras luces se apagan observando al incierto futuro,
el cual parece ser tan cierto sobre esta profunda tristeza.
Así el mañana desconoce el final de este tranquilo cauce,
y van las nubes en el oscuro cielo de este funeral.
Al ver la luz de tus ojos,
tal fulgurante pasión,
entiendo cada vez más
la razón de aquel adiós.
Y si esto es estar muriendo,
es algo maravilloso.
Es como un profundo sueño,
y hoy solo quiero soñar.