Se asoma la amnesia al balcón.
Resuella discreta al pasar.
Insiste pedirme un favor.
¡Prefiero el infierno a pactar!
Cautivo sin velos la cama.
Despojo los restos de fe.
Las ruinas de velas infamas
ahúman al cielo mi ser.
Las yemas deslizan la manta.
Desnudo bracito palpé.
La colcha vacía no engaña:
sin rastro de Dama, ¿por qué?
Perdido quizá en el camino,
añoro tus viajes de ruido.
Caronte recoge el testigo;
Recuerdo Divino es el vivo.
Corrimos sin tregua las horas.
Sin luces ni espacio de sed.
De tarde, de noche, de aurora,
volando y gritando a la vez.
De golpe llegaron las canas.
Qué dulce me haría volver.
Mas dulce quedaron las ganas
de amarte despacio, Mujer.