Las manecillas detuvieron su pasó el tiempo transcurrió con normalidad en sus ojos se reflejaba la soledad en aquél desolado templo del cual salió un herido ángel
Bajo el frío somnoliento de la noche se marchó con una desilusión en el pecho como pasar de este maltrecho si el hecho de esperar que llegará para así revivir la ilusión enamorada que le dejó mal clavada en su corazón
Un minuto de silencio para cada recuerdo, un segundo que conmemorar aquél ser que jamás se digno en aparecer que puede hacer con este dolor que le causó el amor...
Frío velatorio sin anfitrión juntó a un vacío escenario acompañado de un concierto de violines desafinados
Empañan a esta triste espera
Aún me carcome la duda...
¿A quien esperaba aquella muchacha?