Aún naciendo mil veces
jamás hubiera pensado
que en los días que siguieron
se pintara un cielo errado.
Fuera de aquellos colores,
tan tristes, tan desgarrados,
la vida que se empeñó
en no seguir lo acordado .
Que no escribiera poemas
de los bosques ni los prados,
ni se arrullara en el mar
ni en los silbos del barranco.
Ni guardara la alegría
que hasta ayer había logrado
mantener a buen recaudo
en su baúl de los años...