Juan Machete
Cuenta la historia rural de mitos y leyendas, de anécdotas hermosas
De esas que el susurro las lleva y el tiempo las guarda en forma misteriosa
Que el aire arrastra sus espantos, en forma siniestra y dolorosa
De horrores y temores, de miedos, que acechan de soledades asombrosas
Cuenta la historia que, en los llanos orientales, vivió un hombre ambicioso
Apodado Juan Machete, tirano, despiadado y codicioso
Llevando al cinto un machete largo, como su estatura cortante y muy filoso
Flaco y mal vestido, de harapos sucios, apestoso y oloroso
Recorría valles y llanuras con su familia, de avatares dolorosos
Por donde iba dejaba rastros siniestros, horripilantes y temerosos
Una noche oscura de rayos y centellas, de truenos en la inmensa llanura
De relámpagos y lluvias, que estremecían la vegetación y su frondosa espesura
Juan, en medio de su soledad, blandiendo su enorme machete hasta la empuñadura
Desesperado por su situación que lo embargaba, con su temible amargura
Se apeó de su caballo, tirando de su soberbia la armadura
El cielo se iluminaba, reflejando en el llano, la sombra de su lánguida figura de su estatura
Gritando a todo pulmón, satanás, satanás, satanás, el clamor de su desventura
Y un fuerte estruendo, cargado de truenos y rayos, iluminó el andar de su cabalgadura
Pálido y tembloroso, no podía creer lo que tenía al frente, de su loca chifladura
El mismísimo lucifer, criatura del mal, con una capa negra de llamas hirvientes de su armadura
Le propuso un trato, que corrió por el llano, del chisme, que las gentes aún hoy murmuran
Hizo un pacto maléfico con el demonio, a cambio de poder y riquezas
Entregándole la familia, mujer e hijos y el cúmulo de sus horribles tristezas
Su alma y su cuerpo, por haciendas y ganados con sus alambradas y fortalezas
Y el diablo le entregó tierras y llanuras, morichales, llenos de aves y animales, el colorido de sus bellezas
El pacto diabólico era monstruoso, terrorífico, de exclamaciones palpitantes
Juan cogió un sapo y una gallina, vendándoles los ojos con un oloroso turbante
Y los enterró vivos, en la noche del viernes santo, en forma miserable y escalofriante
En la soledad de la llanura, se escucharon alaridos y gritos espeluznantes y agonizantes
Gritando a los cuatro vientos, lucifer, lucifer, lucifer, con rabia de poderes triunfantes
Y el diablo le contestó “pacto hecho, hasta el día que yo decida” y una llamarada de fuego se esfumó en forma ondulante
A Juan Machete, le llegó una racha de buena suerte, sin dar explicaciones
Adquirió haciendas y ganados, el fervor naciente de sus admiraciones
Prosperaba asombrosamente, siendo el mandamás, sin ley, ni discusiones
Fortunas y riquezas, aceleraban murmuraciones del pueblo, pidiendo claridad para sus confesiones
Juan Machete, se volvió tirano y despiadado, usurpando otras tierras, haciéndolas suyas, en sus posesiones
Sacando a sus propietarios a latigazos, en sus cabalgaduras, sin lágrimas, ni compasiones
Una noche iluminada de luna llena, se escuchó en sus haciendas un escalofriante bramido
Un toro gigante y enorme, nunca antes visto, ni por allí existido
De color negro azabache de cascos y cachos blancos, de su imponente fortaleza, vestido
Juan Machete no le dio importancia al inmenso toro y pensó que se había extraviado y perdido
Duró un tiempo en sus llanuras, era el padrón, que el diablo de regalo, le había ofrecido
Era codiciado en los alrededores, de las ganaderías el único preferido
El mismísimo lucifer, le envió una cuadrilla de peones raros y misteriosos
Comandados por un tal Constantinoplo, de soberbias, altanero, cascarrabias y furioso
Hicieron de las tierras del llano, corriera sangre y lágrimas de llantos dolorosos
Juan Machete se sentía el hombre mas ansioso, temeroso y de fortunas asombroso
Con su poder y riquezas, compraba conciencias de alardes asquerosos
No aceptaba órdenes, porque llevaba por delante, la maldición de lucifer, de semblante tenebroso
Un día menos pensado, Juan Machete, empezó a sentir miedos y temores
Presentía que se le acaba el tiempo y lo azotaba el sudor de sus calores
Tenía que entregarle cuentas al rey de las tinieblas, de sus adefesios y horrores
Empezó a sentir tristeza por su alma, presa de lucifer y sus engendros cazadores
Los peones se desaparecieron como por encanto y todos sus lugartenientes y trabajadores
Quedó solo en medio de la inmensidad del llano, sin protectores y salvadores
Se oscureció en un santiamén y se apagaron sus brillantes y falsos esplendores
Todo lo que creció como espuma, se fue disolviendo, como la pesadilla de los soñadores
Todo lo pactado tiene su tiempo y su plazo y la señal de sus amenazadores
A Juan Machete, le ha llegado la hora de pagar a sus horribles inquisidores
El verano y las sequías, secaron los morichales, la belleza de la naturaleza y sus fulgores
El ganado se murió, otros saltaron las cercas, la alambrada y los sufrimientos de sus dolores
Las flores y jardines se marchitaron, sólo quedaron a la deriva, la podredumbre de sus apestosos olores
Las mansiones se deterioraron y se cayeron, sólo quedaron en pie, las paredes de sus horripilantes horrores
Solitario cansado y ojeroso, con su machete al cinto, huyo despavorido y desesperado
Se internó en el bosque y allí en una cueva oscura, por lucifer era esperado
Llevó a cuestas sus cofres y tesoros y dineros, entre malezas caminado
Un voraz incendio, devoró su formidable fortaleza, de anhelos buscado
Arrepentido del pacto con el demonio, la llanura lo devoró sin llantos y por nadie preguntado
Convertido en una bola de fuego, pagó su deuda con el maligno, de alaridos sin pena gritados
Cuenta la historia entre sus mitos y leyendas, de relatos rurales asombrosas
Que las gentes de los llanos ven a Juan Machete, en forma espantosa
Como una bola de fuego hirviente, con su machete en lo alto, blandiéndolo en forma temblorosa
Se le presenta a todos aquellos, que quieran desenterrar sus tesoros, de guacas y dineros misteriosas
Sachándolos a planazos calientes y marcándolos en las noches oscuras y tenebrosas
Con el diablo no se negocia, ni se hacen pactos, a cambio de riquezas y de alardes majestuosas
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga marzo 16-2021