Hoy me asusta el silencio de los
que ya se fueron
la tierra movediza
anunciando hundimiento
la cruz la llevo a cuestas
y pesa como nunca
Me duele el corazón
y la pobreza
Tanto llanto escuchado
tanto sin escuchar
y la ciudad metida en un pañuelo
amigos y enemigos
todos en el mismo saco
alfareros y duendes
forrajean incansables
pero ya nada queda
nada quedará
aunque bauticen la tierra
y les siembren velas cubiertas de piedad
Me siento sin equilibrio
también los demás sin equilibrio
El lobo aúlla
La manada sigue con sus pócimas
de miedo, aunque griten unos
y otros balbuceen tras la caravana
que explota en las esquinas
El fuego se riega como pólvora
traspasa los pechos de cristal humano
Y el dolor como látigo
Ya no me quedan versos
ya no puedo decir amor
ya no puedo decir mirada
mis ojos son siluetas
mi lengua un polvorín
llevo la cruz por fuera
y el odio empuñado en cada
orificio.
Yo la mujer que nunca le temió
al arrebato
que lanzó las verdades
a mansalva
que conocio las galeras
y las rejas
que se abrío en estandarte
para matar al lobo
que ahuyentaba al rebaño
Soy un montón de penas
agrupadas
una mujer muy sola
que se espanta.