Quizás fue mi tiempo
y he muerto en el intento de vivir
y en cada transcurso de mis horas
desangra mi esperanza
y el único alivio que me queda
es la poesía.
El viento baja lento por mi espalda
cargada de mochilas pesadas
y el llanto retenido por ser hombre
y la autentica melancolía
de seguir sintiendo lo mismo.