Carlos Rojas Sifuentes

Morir de poesía

Un ave
que se esforzaba en medio de la plaza,
ayer se murió de poesía,
por no reconocer que natura le había negado
el poder extender alas a su voz insatisfecha.

Un ave
que estuvo repitiendo coplas hasta el cansancio,
sin detenerse a escuchar su propio silencio,
sin descubrir los límites de su comprensión,
sin poder hallar el sonido de su corazón.

Un ave
Quedó rendida entre el cielo y la tierra
y nadie vino a enterrar sus anhelos.
El viento, que arrastra los despojos del sueño,
se llevó en sus alas unos versos de frustración.

No seas como el ave.
No mueras de poesía, tratando de pronunciar la vida.
Antes de pararte en medio de una plaza a cantar,
sal a recorrer el mundo y prueba el alcance de tus alas.
Tal vez así puedas descubrir tu propia voz.