No quiero que tú estés enferma Para todos tu salud es vital Tú mereces una vida que no sea infernal Tú eres tierra fértil nada yerma De tu vientre nacieron dos luces De tu garganta brotaron dulces nanas En tu niñez fueron alegres las mañanas En tu vida hay estrellas no hay cruces Inocentes y blancos como jazmines Son siempre tus pensamientos Son siempre brisas sobre los vientos Elllos no son ángeles porque son querubines No es posible viajar a la niñez Es imposible la permanente juventud Es inevitable la triste senectud Es posible una placentera vejez