La nostalgia me domina
cuando los traigo a mi mente;
quedo herido,
y sube mi adrenalina
cuando pienso en esa gente,
que ha partido.
Los recuerdos con frecuencia
me persiguen con porfía;
causan pena,
y me brota la impotencia
que provoca una agonía,
que condena.
No ignoro que hay un destino
para todos los humanos;
es sabido,
mas porqué se empeña el sino
en llevarse a los hermanos
de este nido.
Me refiero a los poetas
compañeros de camino;
que se han ido,
y que han dejado las metas
de su viaje peregrino;
en olvido.
Yo les rindo mi homenaje
con estas coplas sinceras;
con el alma,
y que en su peregrinaje
de luz y paz duraderas;
hallen calma.
Sepan con seguridad
que el recuerdo está presente;
muy atado,
mas cabe la salvedad
que jamás olvidaremos
su legado.
Jorge Horacio Richino Verdaguer
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