Bébete mi sangre,
clávame tus dardos,
arráncame las vísceras,
traga mis entrañas.
Métete a mi cuerpo,
róbate mi alma,
engendra en mi mano
tus manos, dulce dama,
llena de mis labios,
despegados de mi cuerpo,
aguantado entre tus dedos
mi rostro, pavoroso.
Llena de mis labios
tus finos labios secos,
secos de la escarcha, roja
como el arrebol de tus pómulos.