Como bailabas “joropo”,
¡qué fascinante fue verte…!
Por tu forma de moverte,
me fui acercando de a poco
y ya subido en el copo,
me alentaba tu sonrisa.
Arremangué mi camisa,
enrollé mis pantalones
y arreciando los talones,
nos acarició la brisa.
Bailamos un galerón,
al compás de buena “quirpa”
saltamos entre la “milpa”,
agitando el corazón.
Producto de la emoción,
nuestros labios se besaron
dos ríos se desbordaron,
en el jagüey del amor.
Me fundí con el fulgor
cuando tus ojos brillaron.
Dándole al beso derecho
el alma se imaginaba,
tu sonrisa me besaba
y te traje hasta mi pecho.
Mientras, sacamos provecho
bailamos otra canción.
El arpa en su afinación,
entona para la copla
y la mandolina sopla
las cuerdas de la pasión.
El amor es la llanura,
que acompaña un “pajarillo”
y el verso con estribillo,
viene a besar con locura.
El Llano es más que ternura
cuando amanece bailando,
y el sol pernocta cantando
enamorando a la luna.
Nuestro joropo es la cuna,
donde se vive soñando.