El niño invulnerable abrazado a un árbol
Crece y sueña bajo el verdor de sus hojas
En el tiempo del encanto, cuando el arbusto es selva
Y el río aspiración y esperanza
Sube a las ramas como al balcón de poemas
Persigue cigarras, como hijas del sol, que iluminan el día
Canta, salta, bajo la lluvia, quiere ser manantial
Promesa e ilusión de la mañana
El niño es tiempo, que vuela sobre el eterno azul. sobre la llanura
Es juego, es verso, entre estatuas grises que le dan preceptos
Sube a la montaña de sus sueños, por las callejuelas de polvo y nube
Para alcanzar el cielo, liberando al viento de su enrejado y armadura
El niño se convertirá en océano, cuando la vida le muestre su inmensidad y altura
Danzará en las olas, se convertirá en ribera
Bañará la arena, se transformará en simiente
Para germinar de nuevo, invulnerable,
abrazado al árbol que le dio el abrigo