Pasas pero no dejas tus huellas
casi igual que las estrellas
ambas con distinto brillo
si no fuera yo curioso
quedaría como un oso
hibernando en el altillo
mientras tu y tu par de ojos
pasan sobre los cerrojos
de mis puertas sin pestillo
pasas pero sin dejar lenguaje
y te imagino con tu traje
de guirnaldas con cintillo
el que acusa tu presencia
con decencia y tu esencia
da mil vueltas en mi ovillo.
Así están las circunstacias
culpa es mía y redundancia
es decir que aún te admiro.
Soy igual que Casimiro
con un ojo ve tu luz
y con el otro tu castillo.