Nunca has dicho cuánto me amas,
pero me das gran ternura,
disfrutas de mi locura
y jamás algo reclamas;
toda dolencia la sanas
todo momento me curas,
siempre conmigo te apuras
en horas siempre tempranas;
y aunque jamás me lo digas
sé que tú eres la primera
la mejor de mis amigas;
esa que acepta su empresa
de apoyarme sin medida
con firmeza y entereza...