Aunque parezcan ser sueños,
no son ellos mismos dueños,
ni los que el hombre ha tenido,
cuando soñamos despiertos,
o cuando soñamos dormidos.
Mucho menos sueños nacidos,
siendo iguales, ni parecidos,
del soñar despierto en niñez,
ni el soñar dormido en vejez,
cuando ya hemos enloquecido.
Ni decir del sueño de juventud,
donde intrepidas reinan juntas,
locas alegrias y la plenitud,
aunque al tiempo disyuntas,
por la indispuesta solitud.
Ni el soñar en serena adultez,
certera es con pajaro en mano,
y garantice el parentesco sano,
del soñado en temida vejez,
por no ser de la primera vez.
Has de saber que antes de vivir,
somos seres que hemos soñado,
y al soñar hemos mutado,
de angeles de luz a humanos,
y la verdad cueste concebir.
Creyendo ser, realidad somos,
velos sobre imposibles sueños,
para caer como pesados leños,
de altas cúspides de estrellas,
y de pronto de un golpe sellas,
peso incansable de los años.
Hasta tener los pies firmes,
pisando sobre la misma tierra,
tormento el sueño que confirmes,
pues, peso en la espalda es guerra,
cuya imaginación desarmes.
Al despierto le sigue el soñar,
en sombra, luz esperanza vana,
pidiendo en buena gana,
sea el ultimo sueño navegante,
eterno y despierto en un instante.
Puedes morir y despertar si quieres,
amar soñando si es que puedes,
o si reirte de ti, al fin de cuentas...
\"la vida es sueño y los sueños, sueños son\"
Dijo así el príncipe Seguismundo,
que no vivió este sucio mundo,
y pensó por obra Don Calderón,
aquel escribiente vencedor,
quien de su pluma hizo bastión.
Y hasta aqui os dejo mi abadejo,
su amiga pensadora a deshora
Raquelinamor