Cuando mi interés por el mundo
se reduce a abrir una ventana,
en alguna casa te escucho cantar.
Tan amiga de tu soledad, tan decidida.
Enamorado a la vida en lo cotidiano,
ahí donde se vive, donde se duela.
Tu voz es un susurro,
un suspiro a corta distancia.
Un mensaje sutil, transparente,
casi ninguno.
Quien pudiera
novelar este sinsentido.
Prestarle tu voz a mi sentir.
Apenas cinco letras,
a penas, tu nombre.
Palabra que rehúyo
repito en silencio.
Cuando mi interés por el mundo
se reduce a estas palabras.