Syol *

GÉNESIS

 

Pido la noche que invita,
acelerando su vino,
hasta el susurro divino,
pido burlar en la huída,
ebrio perderme al atizo,
de inquieto y severo duende,
daga es la pluma que pende,
negando al tedio permiso.

 

Crece una voz al oído,
que van las manos ahogando,
y el lecho en hordas flotando,
crispa mi cuerpo rendido,
el techo en brumas parece,
un remolino cenizo,
de estrella y aguas un rizo,
poblado en nubes y peces.

 

Un cielo en tules vestido,
desvela feudos lejanos,
desvela el beso y la mano,
de reverencia y castigo,
ruedan esclavo y linaje,
como luceros dormidos,
rueda del siglo un motivo,
de aquella dama y su traje.

 

Corre dorado engranaje,
de gente y remotas escalas,
arrecia en magia pesada,
la tinta lluvia de un viaje,
cual marioneta en sus hebras,
aletargado en su broche,
allá palmadas y voces,
logro trazar en mis letras.

 

Mas sublevado al empeño,
atesorando el reposo,
sobre la almohada dichoso,
despido gnomos risueños,
cierro los ojos y duermo,
y el alba al pliego desvela,
mi verso y una condena,
bajo otro sol donde muero.