Llorar sobre navajas afiladas
la risa de los pedos de las ballenas
se inoculaban en zafiros imposibles
para la detección del páncreas humano
solíamos verter agua de hielo en los oídos de los muertos
y basculár enfermizos claustros, llenos de insanidad y desorden emocional
este mismo año todos los involucrados
estallamos en risas y ansiedad
olvidando de donde vinimos
y porque le damos de comer a los chanchos