Al Duborg

Intermediario…

Por quitarle el celofán

a la espiga en el arado

le desangran el costado

a Manuel, también a Juan.

Comen un trozo de pan

cantan a dúo una endecha,

¡es bien injusta la brecha,

al dehiscente campesino,

que sutura algún cretino

a cambio de la cosecha…!

 

No puedo pagarte más

por esto que tú me ofreces.

Están muy flacas tus reses

mírale el hueso de atrás.

Las costillas van al ras

se le cayeron los dientes,

olvida otros pretendientes

¡qué las quieran conquistar…!

“Sólo yo podré pagar

por estos mil semovientes”.

 

Una firma en un papel

y debajo su posdata.

El crédito lo abarata

se devalúa a tropel.

Los camiones de “Samuel”,

salen con el cargamento

y el labriego y su jumento

no les da para comer.

Lloran muy tristes al ver

el oneroso sustento.

 

Sumando las esperanzas

sus manos se le cuartean.

Restando sólo gatean

los años de sus andanzas.

Le han vendido sus labranzas

al rico de “Don Samuel”,

quien tiene a molde un troquel

que alude con su moneda

y con descaro remeda

el lar de Juan y Manuel.