Por la ruta de los poetas,
Oigo declamar las olas.
Con las voces de los mil siglos...
Entre cantos de gaviotas,
Verso a verso, sus siluetas.
Me dibujan y provocan,
Con el galopar del viento,
Por la playa y sus victorias.
He bebido sorbo a sorbo,
En cada poema y oda,
El sabor de un sentimiento.
El color de cada aurora…
Como voz de anacoreta,
De un contador de historias,
Entre versos, entre huellas,
Con el volar de las alondras.
Allá en el cerro está Vicente...
Dejando escapar las horas,
Vigilando el pueblo entero,
Cartajena y sus costas…
Rumbo al norte: Isla Negra,
Pablo, el vate y su obra,
Su voz, martillar constante.
De la mar sobre las rocas,
En las Cruces Nicanor,
Ciento un años en sus alforjas,
Aquel que pinta un corazón,
El antipoeta, de las cosas.
Por la ruta de los poetas,
Oigo declamar las olas.
Me levantan con el viento,
Y me envuelven y aprisionan.
Pablo, Nicanor y Vicente,
Mi alquimia y mi historia.
Por la ruta de los poetas,
Por las líneas de sus odas.
Yo soy quien sigue sus huellas,
Y les lleva flores rojas.
Por la ruta de los poetas,
Oigo declamar las olas,
Y oigo la voz de Vicente,
De Nicanor y Pablo en las olas.
Cada vez que besan la playa,
Cada vez que acarician su boca,
Por la ruta de los poetas.
Donde se han liberado mil odas.