Elizabeth Maldonado Manzanero

Madurez

Una vez en el jardín de mi infancia

me sembraron en el cuerpo las ansias.

El deseo que bebió mi boca de tu néctar

no paró de provocarme, hundirme.

Cultivo hoy, lo que mi ayer me impidió…

La esperanza.

El fruto de mi pasado se acrecienta

no maduraron mis entrañas…

más el pensamiento es de una anciana

con el alma en los recuerdos

cayéndole lunas difuntas en el silencio

que mis ojos sonámbulos desangran.

Estoy hecha de cosas enterradas,

tus palmas, las palabras, los besos…

aquello que al unirse nuestras bocas

resalto con rojo en nuestro anhelo