Carlos Eduardo

Sin miedo

 

avanzaré hacia la muerte,

 

pues la sé,

 

ha tenido conmigo muchos momentos,

 

es la igualadora,

 

la apacible,

 

con ternura infinita me acogerá en sus brazos 

 

para no despertarme jamás,

 

encenderá mi espíritu con una luz mínima

 

como tal estrella en lo profundo del universo

 

o una criatura luminiscente de mares, humedales, bosques

 

ahí estaré en la soledad absoluta

 

sin nada,

 

la muerte como compañera imperceptible

 

esperando sin esperar,

 

el final de los tiempos,

 

cuando me levante nuevamente de la tumba

 

como un renacido

 

en otro mundo

 

nuevo,

 

distinto,

 

impensado e impensable,

 

para volver a encontrarme 

 

con la definitiva muerte

 

ya sin luz,

 

oscuridad, ...