avanzaré hacia la muerte,
pues la sé,
ha tenido conmigo muchos momentos,
es la igualadora,
la apacible,
con ternura infinita me acogerá en sus brazos
para no despertarme jamás,
encenderá mi espíritu con una luz mínima
como tal estrella en lo profundo del universo
o una criatura luminiscente de mares, humedales, bosques
ahí estaré en la soledad absoluta
sin nada,
la muerte como compañera imperceptible
esperando sin esperar,
el final de los tiempos,
cuando me levante nuevamente de la tumba
como un renacido
en otro mundo
nuevo,
distinto,
impensado e impensable,
para volver a encontrarme
con la definitiva muerte
ya sin luz,
oscuridad, ...