Una vez me preguntaron “¿Que seria lo primero que buscaría si me dieran todo lo que una vez perdí?”
Y yo que soy de mente muy corta, empecé a recordar cada una de las cosas que perdí. Me dieron una semana para decidir que buscaría primero y mi caja de recuerdos decidí abrir.
Era lunes cuando saque las cartas que una vez escribí y nunca envié. Perdí a una persona a la que le prometí que me vería crecer. Daría todo por volverla a ver, pero sabia en el fondo que eso no iba a suceder.
El martes busque en mi clóset una carpeta pedida, varios poemas que había tirado en el olvido. Los volví a leer y recordé todo lo prometido. Todas las risas, lágrimas, besos, todo lo que había sentido.
Miércoles se asomo por mi ventana mientras buscaba el álbum de fotos debajo de mi cama. Muchas fotos de personas que no recordaba. Muchas sonrisas que quedaron grabadas.
Ya siendo Jueves decidí buscar una conversación que tuve hace varios meses. Mensajes que leí con lágrimas en los ojos. Una persona que se fue dejando a un corazón solo. Una esperanza que se fue desintegrando poco a poco.
El viernes tuve una conversación con mi almohada. Me hizo recordar cada una de las lágrimas y palabras que me hicieron sentir sola. Y con cada pesadilla y deseos me encontraba. Sentí que era suficiente todas esas emociones que mi almohada guardaba.
Teniendo las cinco cosas que mas me dolió perder en mi cabeza. Decidí sacarlas y ponerlas encima de la cama. El simple hecho de escoger una me daba pereza. Como escoger una si todas la anhelaba.
Al fin llego domingo, día para decir cual escogería. Y yo todavía no sabia lo que quería…
El señor se acerco con la caja y me dijo “que buscarías primero”.
Repase todo lo que había recogido en toda la semana y cerrando los ojos, lo sentí.
“Señor, si me diera la caja lo primero que buscaría seria… A mi”