La chiquitina se sentía vacía
y se pedía perdón a si misma;
por soportar tanta porquería,
de la misma sociedad que la consumía
y su mente la remataba cada día
a una medida tan inimaginable que ni se lo creía.
pobrecilla,
chiquitina,
en su corazón solo cabía bondad y no malicia.
Creo que solo quería ser feliz y disfrutar la vida,
no pensar tanto para ser más optimista;
el problema eran las jugadas que le ponía la vida.
esquivaba, se despistaba, pero era lista.