Hoy te escribo compañera
mientras consumo ésta espera,
que abarca mi vida entera
y es de todos menos mía.
Porque he querido vivir
ésta existencia penosa
siendo un alma generosa
que goza de compartir.
Y es compañera verdad
que siendo amante y amigo,
yo he sido mudo testigo
de tu angustia y soledad.
Fuimos una sola voz,
un solo amor verdadero,
pero si he de ser sincero...
éramos dolor de dos.
Un día te marcharás
y para mí no serás
ya ni alumna ni maestra,
sino sombra muda y muestra
de mi vida en los demás.
J.M.BRAZAL