Cantor

EPIFANIA DE TÍ

Me sonreía y mas que su sonrisa

de niña traviesa, eran sus ojos

los que me mostraban la sonrisa 

de su espíritu.

 

Me decía que su alma era animal,

porque entendía el llanto de los lobos,

porque sentía el dolor del cautiverio.

 

Me decía que era mala, para no llegar a ella,

para no acercarme mas, hasta que fiel fábula

de  Antoine de Saint-Exupéry, me mostró

que solo debíamos domesticarnos mutuamente.

 

Y entonces la conocí, y vi en ella el amor

del mundo y la fuerza de las fieras

para defender lo que le pertenece

y vi en ella el amor de todos.

 

Y sentí sus voces, sus ecos que eran mil voces,

todos los cantos posibles, y sentí su risa,

y lloré su llanto, y vi sus sueños,

casi alcanzando el infinito, que nunca se puede alcanzar.

 

Nunca esta sola, y nunca estará del todo triste

pues la vida misma la acompaña y la resguarda,

compañeros alebrijes a su lado la consuelan,

y espero un día volar en el mismo campo 

donde ella vuela.