Raiza N. Jiménez E.

¿Y vos la llamáis loca?

¿Aseguráis qué era loca la mina?

¡Ah! pero loca, loca, le decían.

Qué sabían ellos de locuras.

Creían lo que veían y reían.

Ignoraban las desventuras.

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Pobre nena, dudan de su cordura.

Tontos, la vejaban como dementes.

Con burlas y no con ternura;

insultaban a la inocente.

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¿Qué le pasa a esa mujer?

¡Gritó fuerte, un fulano!

“Fastidiar, es el placer”:

Gritó una viejita al ver,

en el gil  a otro tipo inhumano.

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¡Huid de esos cuya vagancia,

es parte fiel de su ignorancia!