Al morir su esposo y hermanastro Tutmosis II,
su paciencia bien recompensada, la viuda
vino siendo regente de su joven hijastro, incluso
elegida gobernante del poderoso reino de Egipto
por la ayuda de funcionarios y astucia,
su meta lograda, una faraóna de sutileza virtud
Desde Punt, territorio costera del Mar Rojo,
su flota trajó muchas riquezas,
llenando sus cofres con ébano,
marfil y oro, incienso y mirra
y plantas desconocidas.
Una opulencia para financiar los templos,
el de más grandeza monumental,
el sagrado templo de Amún-Ra .
Opulencia para pagar sus tropas,
en defensa de sus fronteras contra
los ejércitos de Siria y Nubia
Dos y veinte años de prosperidad
brindaba su mandato pacífica,
siendo el reinado más largo de una faraóna,
Hatshepsut, Reina de Egipto
La foto “Amensis” por cortesía de Jérome Coppo¨
©®