Me esquivas, ¿son tus ojos pudorosos?
Me miras, ¿es tu mirada atrevida?
Me huyes, ¿no están tus labios deseosos?
Gimes, ¿sientes la vulva derretida?
Susurras, ¿acaso ecos lujuriosos?
Succionas esta verga enardecida.
Anhelas que te penetre en tu lecho,
e imploras, que me derrame en tu pecho.