Y si la forma difícil de definir,
la elusiva de morir como su madre estrella,
en la escasa presencia del ángel de Yahwé,
con sus ojos de color luminoso,
sus oídos de perturbación ondeante,
la predación, la carrera de la trascendencia,
radicalmente impacta en los volcanes,
o sufre las caravanas terrenales.
Dejar el agua, el camino, conquistar el aire y la ausencia,
planeta voluntario,
inmerso en la tardanza, pero, a fin de cuentas,
audaz volteando los ojos a lo lejos.
La forma difícil de definir,
su última esperanza de no marcharse,
hasta desgarrarse oscuramente.