Querido Roque Dalton.
Desde los escombros de la historia,
recordada como la masacre del pueblo,
te recuerdo,
bajo un palo de mango sembrado encima de las trincheras hechas por gritos de paz,
te digo,
que nuestra tierra llora tu nombre, nuestra patria ama tus letras como un himno,
y
la bandera te otorga los honores como un salvadoreño que ha defendido al pueblo con el arte de los versos y la poesía hecha una lucha por la libertad.