Dulce brisa de un tiempo pasado,
que traes aromas de mar y fantasía,
colmando de alegrías mi presente,
a expensas del silencio de otro día.
Suave esencia de ese amor atesorado,
tras tantos años sin vivir, pese a haber vivido;
tras los intentos casi nunca conseguidos,
tras la esperanza del momento no alcanzado.
Alegría, gozo, ilusión, frenesí;
vacío que encuentra su razón de existir;
plenitud, armonía, música y vida.
Cuando al fin comprendí lo que estaba buscando,
pude regalar sosiego a mi espíritu,
y alcancé a guardar lo más puro en mi mano.