Al Duborg

Genética sabia...

La aventura traviesa de los genes,

libera sus matices sin censura

y esconde en el “instinto” la locura,

con egoísmo fútil de sus bienes.

 

¿Qué importa la moral de grandes penes?

¡si la vagina impone su figura…!

Conquista todo un mundo en la pintura,

cambiándole el color a nuestras sienes.

 

Es sabio el corazón del “hombre ciego”,

abstracto del matiz de los colores,

que aparta su pincel de los errores

 

y aviva la esperanza con buen riego.

El amor es el campo del labriego,

donde el tiempo le siega de temores.