Inauguro ilusiones en la mañana clara
Avergonzado aún de las horas muertas
Que entregué a la nada en la noche oscura
Espero la luz del sol para fundar mi reino
De imágenes y anhelos
Abro la ventana de mi habitación desolada
Para contemplar la montaña que se muestra augusta
Imponente de verde y vida, de lluvia y canto
Majestuosa coronada de nubes, aceptando su destino
Un dulce canto de ave,
La garúa tierna que cubre la greda
Desnudando caricias de cielo y nube
Esparciendo los aromas de hierba y nardo
Y cuerpos despojados de mantos manidos
La brisa fresca que entra por la ventana
Acariciando el alma con su soplo de encanto
Pariendo versos desde las primeras horas
Para fecundar y concebir amores
Invencibles, indomables, plenos de pasión y entrega
Al amanecer primero de este nuevo día