Sigo aquí viviendo en este ambiente inconmensurable, me alimento de una percepción invisible de tu cuerpo, siento irrefutable que dejarás en tu lugar la ausencia, respirando del cansancio de mi aliento.
Si te lo preguntas...
Hace tiempo que no tengo compañía, prevalezco con los únicos recuerdos que tengo en mi memoria.
Una jauría de mariposas morían bajo la lluvia tibia de las lágrimas que dejo tu fría despedía, fue breve aquél día pero para mi fue bastante letargo.
Sigo aquí siendo el mismo, no hubo modo de apaciguar tus pasos, ni apagar las llamas que se volvieron ceniza, dejaste vacío el armario, un ordinario y un frío adiós cuelgan en mis manos.
Y así es como lo recuerdo...
No pretendo que entiendas la necesidad descrita en breves palabras.
Pero en yermos sueños te apareces
y sigues siendo inalcanzable tu sombra y la mía...