A veces te sorprendo,
observando mi rostro,
como si fuera la primera vez que lo observaras.
Y encuentro en tus pupilas,
rastros de amor discreto,
que contienes prudente.
A veces me observas,
y encuentro en tu mirada un sabor
indescriptible de ternura,
que es tuya,
mía,
de nosotros.
Tus ojos se entrecruzan con los míos,
miradas que se entienden y conmueven…
Pupilas de ternura sedientas,
que buscan en la penumbra,
de calor hambrientas ,
olvidar las frías primaveras de otros años…