Arco iris que sigue a la tormenta;
aurora tras la noche más oscura;
camino a un universo de ventura,
consuelo a mis penurias irredentas.
Tu llegada a mi vida se presenta,
como luz que disipa la pavura,
que destella en el sol de tu hermosura,
y en sus rayos de gloria me sustenta.
Mi noche se pobló de tus estrellas,
y mi alma iluminada en tus luceros,
descubrió un nuevo edén, cuando tu huella,
comenzó a transitar por mi sendero.
Y hoy, lejos del dolor y las querellas,
se abrasa en la pasión, con que te quiero…