Venite conmigo, perdé el miedo
¿decime, si de verdad hay deseo…?
el camino es celeste ¡qué bello...!
Vos ves al sol, sos de ojos ladrillos,
y el sendero sonroja asintiendo.
Soltate el pelo y te despojás al viento,
¡qué yo me desvelo en tus ojos…!
Abrazame me pedís… ¡Qué tierno...!
guardame en el alma los tibios remojos.
Asirme a tu espalda, ¡qué momento!
atás al amor librado de abrojos.
Mojados los dos en plena lujuria…
dos bocas fundís en el fuego
y el hálito es éter de exquisita locura,
perfume sos beso de silencio.
Vos volás como bella mariposa
levitás dormido hasta el cielo,
bajamos tranquilos en la espuma
y el sueño esparcís como el helio.
Venite te pido, ¿quién murmura?
me decís el amor, ¡Qué inmenso…!