Con mi cuaderno de apuntes
me eché a andar por cementerios,
fui a recolectar los mejores epitafios
y así escribir el mejor de los libros.
Hasta hoy he recolectado millares...
los leo, selecciono, clasifico, subrayo
y tantas otras cosas con ellos.
En este momento
he comenzado a escribir
el mejor de los libros.
Ahí, en ellos,
está la intimidad de los hombres
y la mejor sabiduría:
anhelos, amores, penas, desconsuelo...
se sienten las almas:
de los vivos, de los muertos.