negrolindo

Poemas

 

 

Que bella la poesía,

los poemas y las prosas que ciñen tu paisaje,

tu arboleda, tu bosque encantado rodeado por las frías y transparentes aguas

del lago sureño, tú y ese huésped que te ama.

Mirarte en paz, progresar en tu lectura,

entrar en tus pensamientos cuando te inspiras,

perderte el respeto en profundas caricias,

y poder profanar por un momento

tu sueño inagotable de versos y dentro de ti,

perderme en tus letras,

formar parte de esa musa que llamaría para entrar en ese bosque,

llevarte de la mano y seguir letra por letra, toda la aventura de vivir

acompasados dentro de esas tierras que te llenan de vida.

No existen restricciones cuando el amor se amalgama en las venas del poeta,

la experiencia de vivir cada inspiración, con su libre albedrío,

es tan excitante que no alcanzan los pensamientos

para decidir a quien nombrar,

en cada verso, en cada poema.

Ni una noche, ni un sol ni tu sangre gitana,

podrá ceñirse en el cerrojo del claustro,

pero sí en las venas de los poemas míos.